Hoy en día está muy de moda la visualización; puedes encontrar programas completos en línea y presenciales que te enseñan a hacerlo y explican elocuentemente sus beneficios. Pero ¿qué dice la ciencia sobre ello?
Resulta que la respuesta no es tan clara como podrías pensar, porque parece que no depende tanto de cómo o qué tan frecuentemente hagas estas visualizaciones, sino de en qué te estás enfocando cuando las haces.
Por ejemplo, en una investigación con estudiantes, encontraron que aquellos que hacían el ejercicio imaginando que obtenían buenas calificaciones en sus exámenes, obtuvieron menor puntaje que el grupo control (los que llenaron las encuestas, pero solo se les pidió que hicieran lo mismo que siempre habían hecho). En este caso se encontró que los estudiantes que participaron en el ejercicio estudiaron, en promedio, menos horas que los demás.
Este efecto se ha visto en otros contextos y con distintos objetivos, como: encontrar trabajo, bajar de peso o iniciar una relación. Las personas que fantasean sobre haber conseguido su meta obtienen peores resultados que los que no lo hacen. En cada uno de estos casos, los participantes realizaron menos esfuerzo (por ejemplo los que buscaban trabajo enviaron menos aplicaciones) que sus contrapartes que no visualizaron haber obtenido el logro. Los investigadores especulan que estas fantasías hacen que estemos menos preparados para afrontar las dificultades que se pueden presentar en el camino hacia nuestra meta y ponen menor empeño en las tareas que se deben realizar para alcanzarla.
En un estudio que involucró a más de cinco mil personas, encontraron que las personas con más posibilidades de llegar a sus metas hacían un plan paso a paso con todas la actividades que debían realizar para lograrlas, buscaban personas que les dieran su apoyo, pensaron en todos los beneficios que obtendrían al alcanzar su objetivo (ojo, no en haberlo completado, sino en los beneficios de completarlo), verificaban su progreso cada cierto tiempo y se felicitaban o recompensaban por concluir etapas.
Este estudio también encontró otras técnicas que suelen ser utilizadas y que NO te ayudan a alcanzar tus metas: buscar motivación pensando en una celebridad o alguien famoso, pensar en las cosas negativas que podrían suceder si no alcanzas tu meta, tratar de evitar pensamientos que te alejen de tu meta (por ejemplo “no debo pensar en comida chatarra”), confiar ciegamente en la fuerza de voluntad y fantasear con haber llegado a la meta.
En resumen, si vas a utilizar la visualización para alcanzar tus metas, asegúrate de no imaginar lo fantástico que se siente haber llegado a la meta, sino en verte a ti mismo dando los pasos necesarios para alcanzarla.