Últimamente han pasado muchas cosas en el mundo, vemos las noticias y son francamente entristecedoras y desmoralizantes. Esto hace que nuestro cuerpo entre en estado de alerta constante en el que se genera una espiral de emociones negativas, le damos vueltas a muchas cosas que traemos en la mente y empezamos a preocuparnos por cosas que no han sucedido, por dudas y miedos que, además, empiezan a crecer aparentemente sin control, lo que genera ansiedad.
Lo primero que debemos hacer es recordarnos a nosotros mismos que el futuro por definición es desconocido, esto significa que la mayoría de las preocupaciones que están causando tu ansiedad son producto de tu imaginación, no son hechos concretos.
Lo segundo sería administrar la información que recibimos. Está bien mantenerse informado, sin embargo en ocasiones nos volcamos sobre las cosas negativas que suceden, siendo esto lo único a lo que prestamos atención consciente, haciendo que nuestra mente empiece a pintar un mundo cada vez más lúgubre y desesperanzador.
Para contrarrestar esto, hay que darle peso a las cosas positivas que te pasan en el día a día. escribe o platica con alguien todas las cosas buenas que te pasaron durante el día por mínimas que parezcan; un chiste muy graciosos, una manzana que te gustó mucho, la calle que estaba libre, tu canción favorita en el radio, los comentarios positivos que te dieron en el trabajo, el avance que hiciste en X tarea, el gusto que te dio recibir un abrazo, el comentario de alguna red social que te hizo sonreír.
Vamos a crear un balance de nuestra perspectiva hacia el futuro al dotar al cerebro de recuerdos y hechos positivos, mostrándole que sí existen cosas buenas y que te pasan a ti.
Sobre la preocupaciones, miedos y dudas, te invito a hacer una lista (es importante que la escribas) con todas esas cosas, después déjala “descansar” un rato, busca relajarte y calmarte; cuando lo hayas logrado, revisa tu lista sin juzgar lo que escribiste. Asigna un número entre 0 y 10 a cada ítem de la lista dependiendo de su intensidad y qué tan real es (0 = no es realmente un problema, 10 = tu vida está en riesgo).
Para cada ítem con una calificación arriba de 5 pregúntate a ti mismo cuál es una posible solución y escríbela. El objetivo es enfocarnos en las soluciones que podemos controlar y tomar acción, de forma que podamos transformar esas dudas y miedos en problemas concretos con soluciones posibles, frenando así la espiral de “y si pasa eso, y si pasa lo otro, pero y si…” lo que hace que la ansiedad disminuya.
Estos ejercicios combinados te darán una perspectiva distinta del futuro, logrando que reenfoques tu atención. Porque recuerda: las preocupaciones no pueden predecir el futuro, pero sí reducen tu habilidad para resolver problemas efectivamente, así que no les prestemos tanta atención.