Cuando dejas de trabajar mientras trabajas

El sábado pasado me encontré, alrededor de las nueve de la noche, terminando un proyecto de aplicación de Psicología Positiva en una organización. Después de unos segundos de haber visto el reloj me di cuenta que no tenía ningún pensamiento al respecto, y fue extraño, no hubo ni un “mmm, es sábado en la noche y yo trabajando”, tampoco un típico “qué flojera”.

Lo único que había, y que afortunadamente sigue ahí, es el profundo sentido de satisfacción y algo así como alegría con emoción por todo lo que había logrado. Probablemente algunos de ustedes estén pensando: ¡Qué nerd! Jajaja, pero la verdad es que no lo hice por diligente, por cumplir con la fecha límite o adelantarme, simplemente empecé el trabajo aprovechando que no había nadie en mi casa y el tiempo desapareció para mí.

¿Te ha pasado eso alguna vez? A mí me suele suceder cuando doy conferencias, pero identifico claramente que eso me fascina; en este caso las actividades concretas que estaba haciendo, leer, investigar y escribir, no son las más disfrutables (por lo menos para mí en un sábado en la noche jaja), así que me pregunté qué podría haber pasado y creo que fue debido al propósito.

Verás, en muchas ocasiones, sobre todo en el trabajo, no nos damos cuenta del impacto que tienen nuestras actividades y tareas, lo que hace que se vuelvan mecánicas y hasta cierto punto carezcan de sentido. Sin embargo, lo que yo hice ese sábado en la noche fue una propuesta de bienestar para transformar una empresa, una en la que además tengo amigos a los que estimo mucho, y creo que fue esto lo que cambió por completo mi percepción de la actividad, ¡y del tiempo! Incluso noté que no estaba tan cansado como en otras ocasiones y que en general me sentía muy bien conmigo mismo.

Así que quisiera preguntarte: ¿tú y tus colaboradores son conscientes del impacto que tiene su trabajo en la vida de los demás?, ¿sabes a dónde va a dar ese reporte que haces todos los lunes?, ¿los meseros saben que pueden crear una experiencia única o arruinar una ocasión especial?, ¿tus vendedores son conscientes de que cada venta contribuye no solo a pagar su sueldo y prestaciones, sino también el de sus colaboradores?, ¿la persona de recepción sabe que al ser el primer contacto con un cliente que llega es probablemente el más importante?, ¿cómo se beneficia tu familia de tu trabajo?

Estos son solo algunos ejemplos, pero estoy seguro que tú encontrarás muchos más. Te invito a platicar con tus jefes, equipo y compañeros de otras áreas para que encuentren ese propósito que le da sentido a lo que hacen día a día, su contribución al mundo. Generarán más energía y nuevo significado que alimentará su quehacer, y quién sabe, tal vez de repente encuentres que dejas de trabajar mientras trabajas.

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