Seguramente has escuchado que debes buscar un balance entre tu vida personal y tu trabajo. Personalmente creo que eso es una farsa. Porque si haces un conteo de las horas que dedicas a cada una de tus actividades diarias, es probable que más de la mitad del tiempo que estás despierto se lo dediques a tu trabajo y a trasladarte ida y vuelta del mismo. Entonces, ¿qué se supone que hagas?
¿Recuperar el tiempo en fines de semana? Asumiendo que no hay alguna emergencia en el trabajo y que las personas con las que quieres “recuperar el tiempo” no tengan alguna actividad pendiente.
¿Desvelarte varios días a la semana para poder tener “vida”? Lo cual no solo afectará tu desempeño laboral, sino que además, la falta de sueño contribuye a un estado mental negativo, subida de peso y probablemente te deje sin fuerzas para “recuperar el tiempo el fin de semana”.
Creo que la opción de “vivir” los fines de semana, o como zombi toda ella, no deberían ser opción, porque el trabajo es parte de tu vida. Y dado el tiempo que le dedicas, diría que es una parte muy importante. Buscar un balance significa que existe un conflicto, algo fuera de lugar, que está mal y requiere cambiarse. Hay algunos ajustes creativos que puedes llevar a cabo para “hacer” más tiempo como: buscar un gimnasio cerca de la oficina y evitar las horas pico de tráfico o preparar y congelar la comida de toda la semana, para no tener que cocinar todos los días.
Y sin embargo, cuando escucho a alguien decir que su trabajo no le deja tener una vida, no puedo evitar pensar (aunque por respeto, rara vez lo digo) ¡esa ES tu vida! Por qué no elegir cambiar la perspectiva sobre la vida, que no solo se desarrolla en fin de semana, sino todos los días. Para las personas que hacen lo que les gusta y apasiona, eso no es problema. Y sé que no todos tenemos esa opción, pero por qué no elegir disfrutar lo que sí te gusta de tu trabajo. En todos los trabajos hay actividades que no nos gustan, pero estoy seguro que deben existir cosas que te agraden de tu trabajo, como los compañeros, el ambiente, las visitas con los clientes, el café, las instalaciones, el sueldo, los viajes, tu contribución al mundo, conocer gente, la sonrisa de un cliente amable, la comida, los entrenamientos, los retos, la satisfacción de sacar un proyecto adelante… la lista es interminable, y depende solo de ti.
Porque tal vez, y solo tal vez, lo que necesitas no es “encontrar un balance” sino aprender a disfrutar y vivir tu vida todos los días.
Federico, no me había detenido a pensar y reflexionar sobre lo que dices… y me parece que tienes TODA la razón. ¿Cuántas veces no escuchamos que la gente se queja de su trabajo? Y paradójicamente pasamos una GRAN parte de nuestra vida en él.
La clave, como bien dices, está en aprender a disfrutar y vivir nuestra vida todos los días, pero, ¿cómo lo consigo?
Me encantan tus posts y te agradezco por compartir, por aterrizarnos y empujarnos a hacer reflexión y análisis. Un abrazo 🙂