Un regio, un yucateco, un alemán y un poblano entran a un restaurante…

Tal vez nunca lo has hecho conscientemente, pero si te pones a pensar en algunas de las situaciones con las que te topas de repente, estoy seguro que encontrarás que algunas de ellas inician como un chiste que promete hacerte reír a carcajadas…

Y sin embargo, muchos de nosotros estamos tan acostumbrados a vivir en automático que no reconocemos las oportunidades de buenos momentos que nos brinda la vida. Siento, y a lo mejor es solo mi percepción, que cada vez somos más indiferentes hacia las personas que no conocemos, y tampoco nos damos permiso de hacerlo. A veces, por desconfianza al ver su vestimenta, apariencia o saber su procedencia, porque “ya sabes cómo son esos”, y muchas otras porque simplemente no nos interesa.

Nos perdemos la oportunidad de aprender de los demás, de conocer personas y proyectos interesantes o sencillamente de tener una buena charla. ¿Cuántas veces te ha tocado esperar por un trámite, un avión o cualquier otra cosa y empiezas a platicar con las personas de la fila? No me digas que no se te pasa el tiempo más rápido y que en más de una ocasión saliste con una sonrisa en la cara, al contrario de lo que hubiera sido aguantar “solo” el lento paso de cada minuto.

Digo, no te tienes que hacer amigo de todo mundo. Habrá personas con las que no vuelvas a toparte nunca, personalidades con las que no congenias, días en los que prefieres estar en silencio u ocasiones en que estás absorto en tus pensamientos; todo eso está muy bien. Sin embargo, hoy te quiero invitar a que hagas un esfuerzo por darte la oportunidad de conocer nuevas personas, de escuchar sus historias y por qué no, pasar un rato agradable.

Para todos aquellos que ya tienen la cabeza llena de peros… no les estoy pidiendo que compartan su dirección, detalles del trabajo, teléfono ni otra información sensible. Simplemente darse la oportunidad de intercambiar opiniones o platicar sobre algún tema de interés y conocer otras perspectivas; estoy seguro que en muchas ocasiones te sorprenderá cómo un micro momento de conexión con un desconocido puede cambiarte el día entero.

Por cierto, para los que tienen duda… el título hace referencia a una comida que tuve con tres amigos hace algunas semanas. No llevamos mucho tiempo de conocernos y tampoco nos vemos tan seguido, pero vieran qué bien nos la pasamos… jajajaja 😀 . ¡¡Saludos a los tres!!

 

Deja un comentario