Por qué y cómo hacer amigos en el trabajo

Seguramente has escuchado que tus relaciones personales son como un banco, y que cada interacción positiva con las personas abona a la relación; y los pleitos o encuentros negativos “retiran” de la cuenta. Bueno, pues eso es el capital social: las personas con las que cuentas. Que en realidad es un poco más complejo porque incluye confianza, reciprocidad, empatía, cooperación y un montón de otras cosas, pero seguro que entiendes la idea.

Probablemente estás pensando en el ámbito personal, y conozco algunas personas que “no van al trabajo a hacer amigos”, sin embargo, tener buenas relaciones laborales no solo es un predictor de satisfacción en el trabajo, sino que además está relacionado con el éxito. De acuerdo al Instituto de Investigación Positiva, las personas con fuertes redes sociales en sus organizaciones tienen mejor desempeño y son más felices, pero además ganan más dinero y reciben más promociones.

Tu capital social (o la falta de) puede hacer toda la diferencia durante tiempos difíciles, ya que estas “buenas relaciones” se traducen en recursos como información, ideas, confianza, buena voluntad y cooperación, entre otros. Y no tienes que convertirte en el mejor amigo de todos tus compañeros, pero sí generar buenas relaciones a través de tu organización.

Advertencia: Recuerda que el objetivo de desarrollar buenas relaciones sociales es formar esas relaciones, las intenciones ocultas siempre terminan por salir a la luz. Si eres fals@, tratas de aprovecharte, manipular o tienes una agenda oculta, este capital social que creías tener se volverá en tu contra.

Bueno, ahora sí, practica estos 5 tips con las personas de tu trabajo con las que “no te llevas tanto” e incrementa tu capital social:

Cortesía y amabilidad. Crea tantas interacciones positivas como puedas a través de saludar amablemente, dar las gracias, escuchar a la persona, ayudarle con el reporte con el que se retrasó, explicarle la importancia de su trabajo, decir la verdad, ser respetuoso, etcétera.

Comparte actividades. Ya sea laborales, como organizar el plan de proyecto, o de ocio, como comer juntos, tomar un café, jugar futbol o hacer actividades de voluntariado; compartir tiempo con los demás genera una mayor conexión con ellos.

Celebra públicamente. Aprecia el trabajo de tus compañeros y se una fuente de motivación e inspiración, conectando victorias pasadas con el trabajo actual.

Tómate 5. Busca oportunidades para platicar cinco minutos de algo positivo con una persona de tu red a la que no conoces muy bien, puede ser sobre algo de trabajo, como qué es lo que más le gusta del nuevo proyecto, o algo personal, como lo bien que jugó su equipo favorito el partido anterior.

Reconoce las fortalezas. Reconocer el trabajo de una persona es importante, pero cuando reconoces además una fortaleza personal, estás valorando a la persona por ser ella misma, lo que tiene un efecto multiplicador. Si uno de tus vendedores te cubrió valientemente en la junta con los jefes porque te retrasaste, viste a un colaborador ofrecer amablemente su ayuda a otro, o fuiste testigo de la diligencia de alguien de tu oficina díselos y agradéceles por demostrarla (puedes encontrar un listado de fortalezas en mi blog: Desarrolla tu mejor Yo).

Ahora ya lo sabes, contar con capital social tiene beneficios en tu felicidad y satisfacción laboral, pero además está positivamente relacionado con tu desempeño y éxito laboral. Por eso hoy te invito a invertir quince minutos diarios a desarrollarlo y mejorar tu red social y de apoyo.

 

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