Se me secó el cerebro

¿Te ha pasado que te quedas sin ideas? Ya sea que te encuentras frente a una página en blanco (o blog), tengas que hacer una propuesta en el trabajo, resolver un problema u organizar tu fiesta de cumpleaños, hay ocasiones en las que pareciera que el cerebro está drenado.

Pero primero lo primero, identifica si es un problema de concentración, es decir, no se te ocurren ideas para la tarea que estás realizando, pero porque estás pensando en otras veinte cosas al mismo tiempo. En cuyo caso, te podría recomendar que escribas todos los pendientes que te vienen a la cabeza en una hoja de papel, de preferencia a mano; que cierres tu mail, la puerta de la oficina (o utilices audífonos) y dejes de estar procrastinando, porque ni haces una cosa ni las otras.

Ahora, que si lo que te está pasando es que no tienes pendientes urgentes (digo urgentes, porque pendientes siempre hay jaja), personas hablándote, chats sonando en el celular u otro distractor y, sin embargo, tu mente está más blanca que una pantalla de cine; sí, te sientas ahí tratando de trabajar en la actividad y… nada, la ratita se bajó de la ruedita y se niega a subir, entonces sí podemos decir que se te secó el cerebro.

Sin duda existen muchas técnicas para estimular la creatividad, y a cada persona le funcionarán unas más que otras. En mi caso, hay una en particular que utilizo frecuentemente, y se trata de engañar a tu cerebro para que crea que ya ha iniciado. Así como lo oyes, de acuerdo a algunos estudios, para muchos es mucho más sencillo continuar tareas, que empezarlas. Así que ve por lo básico, como generar los archivos que vas a necesitar, el formato, la portada y el índice, prepara los colores que necesitarás, pon el título y escribe lo que se te venga a la mente, abre tu correo electrónico y pon los temas que quieres contestar (recomiendo no poner las direcciones todavía, porque luego esas cosas se mandan solas 😉 ). Todas estas actividades van dando indicios a tu cerebro sobre lo que estás haciendo y en más de una ocasión te seguirás con nuevas ideas. Si no es así, déjalo un rato, levántate de tu lugar unos minutos o termina algún otro pendiente; cuando regreses notarás que es mucho más sencillo continuar con esta tarea que empezarla de cero.

Por cierto, no olvides mantenerte tranquilo al respecto, porque a veces te empiezas a estresar por no poder avanzar, sobre todo si tienes una fecha de entrega, y resulta que el estrés y la preocupación utilizan muchas de las neuronas que podrías estar usando para pensar creativamente. Así que no te preocupes por si tu obra llegará al museo de arte moderno, el artículo ganará un Pulitzer o a tu jefe la va a gustar el plan, simplemente haz tu mejor esfuerzo y ve qué sucede.

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