De acuerdo a la Psicología Positiva, existe un fenómeno llamado Positive Offset, que es algo así como compensación o desviación positiva. Básicamente, significa que los eventos de la vida tienen una tendencia hacia lo positivo, además que somos propensos a interpretar las situaciones neutrales como positivas y, cuando no hay amenazas visibles, nos motiva a explorar y relacionarnos con nuestro entorno. En investigaciones han visto cómo la gran mayoría de las experiencias cotidianas, cuando son evaluadas objetivamente, tienen más aspectos positivos que negativos.
Piensa en ello; quiere decir que si alguien te siguiera con una cámara todo el tiempo y luego evaluaran todo tu día entre varias personas, saldría que la mayoría de las cosas que viviste fueron positivas o agradables. Y sin embargo, cuando platicamos pareciera que nos urge contar todo lo que salió mal, los problemas que tenemos o lo que “seguramente” empeorará. En ocasiones solo necesitas sacarlo de tu sistema, desahogarte, contarle a tu mejor amigo, poner una queja formal por un mal producto o servicio, pedir ayuda, entre otras cosas; a todos nos pasa y en cierta medida creo que está bien.
Pero, como te platiqué en mi blog “El verdadero poder de la información”, al repetir y repetir y repetir las historias negativas, condicionas tu mente a buscar en el mundo las cosas negativas… porque si no, después de qué hablarías ¿no? Y sí, tu visión del mundo te proveerá de suficiente drama y adversidad para mantener tu plática. Si no hubo tráfico y llegaste media hora antes, te quejarás de la espera en lugar de alegrarte de la rapidez y relajarte antes de la junta; si no hubo tu platillo favorito, te quejarás de eso en lugar de disfrutar el probar algo nuevo.
Hay un sencillo pero poderoso ejercicio que puedes utilizar para romper este patrón y es: todos los días escribir con el mayor detalle posible una experiencia positiva que te haya sucedido en las últimas 24 horas. Como recordar es volver a vivir, al hacer este ejercicio generarás en tu cuerpo la química de la alegría, gratitud, serenidad, inspiración, diversión o cualquier otra emoción positiva que hayas sentido, pero además, irás dotando a tu cerebro de un repertorio de buenas memorias, a las que podrás recurrir cuando sientas que la relación entre lo positivo y negativo está cambiando, recordándote que sí existen cosas buenas en la vida y que ¡las vives todos los días!
Ten en cuenta este Positive Offset y elige a qué le quieres poner atención y de qué acordarte para construir tu historia, porque el presente de hoy es el pasado de mañana. Cuando dudes, pregúntate ¿en 3 años, qué me gustaría recordar sobre el día de hoy?